UN HALLAZGO SIGNIFICATIVO, PRIMERA VEZ APARECEN OFRENDAS VINCULADAS A LA CULTURA WARI.


SE TRATA DE UN HALLAZGO SIGNIFICATIVO PORQUE POR PRIMERA VEZ APARECEN OFRENDAS VINCULADAS A LA CULTURA WARI.

Un equipo de arqueólogos halló los restos de 29 personas, entre ellas tres niños, que fueron sepultadas hace más de un milenio en un templo preincaico del norte de Perú, informó el viernes un investigador.
"Son cuerpos enteros, solo hay uno que no esta completo. En total hemos descubierto 29" cuerpos, "25 pertenecen a la época Mochica y cuatro a la cultura Wari", dijo a la AFP el jefe del equipo investigador, Edgar Bracamonte.
El hallazgo se realizó hace unas semanas en la Huaca Santa Rosa de Pucalá, un antiguo centro ceremonial en la región costera de Lambayeque, 750 km al norte de Lima. El recinto en forma de letra “D” habría sido construido entre los años 800 a 900 d.C.
Los entierros de los tres niños y un adolescente estaban colocados como sacrificios humanos, en la parte frontal del templo, según Bracamonte. Los otros 25 entierros fueron hallados en tumbas con barro prensado y en cámaras funerarias, en otro templo de la cultura Mochica.
Además, se encontraron pedazos de cerámica y restos de camélidos y cuyes. Se trata de un hallazgo significativo porque por primera vez aparecen ofrendas vinculadas a la cultura Wari lejos de su zona de influencia, indicó Bracamonte.
La cultura Wari fue una civilización que floreció en el centro de los Andes peruanos, desde el siglo VII hasta el XIII d.C. La cultura Mochica o Moche se desarrolló entre los años 100 y 700, en la costa norte de Perú. Entre los descubrimientos notables de esta cultura figuran las tumbas intactas de algunos de sus gobernantes, como el Señor de Sipán (siglo III) y la Señora de Cao (siglo V).

El hallazgo de un cementerio y un entierro de niños pone en vilo a arqueólogos en Perú

Un grupo de niños y adolescentes enterrados como ofrenda y un atípico cementerio de la civilización moche tienen en vilo a los arqueólogos que excavan el centro ceremonial de Santa Rosa de Pucalá, cuyo contenido puede llegar a reescribir la historia del norte del antiguo Perú.

Gracias a los últimos hallazgos realizados en este lugar de la norteña región de Lambayeque pueden romperse dos paradigmas, pues este arcaico emplazamiento permite reconstruir la interacción de las distintas civilizaciones que pasaron por él al haber sido utilizado por lo menos desde el año 400 a.C.

El primero es que los Huari, el primer imperio de la Suramérica prehispánica que tuvo su apogeo entre los siglos VII y XIII, no le hizo siempre falta usar la violencia para dominar la costa del actual Perú; y el segundo es que los moche, la civilización que dominó la costa norte de Perú entre los siglos II y VII, no era tan homogénea como se pensaba.

Este año lograron desenterrar las bases más antiguas de una serie de tres templos construidos uno encima del otro y hallaron, en el primero de ellos, cuatro niños y adolescentes enterrados como ofrenda junto a otros cuatro camélidos y ocho cuyes (conejillos de Indias) que fueron sacrificados en el momento de la inhumación.

“Se trataría de ofrendas y rituales relacionados con el inicio de la construcción por parte de una población local con mucha influencia de la cultura huari”, dijo a Efe el arqueólogo Edgar Bracamonte, director del Proyecto Arqueológico Valle de Lambayeque y encargado del Museo Tumbas Reales de Sipán.

Al menos uno de ellos es seguro que no fue sacrificado, ya que aparentemente fue extraído de otra tumba y colocado en ese lugar, al ser encontrado ahora sin extremidades.

“Son rituales relacionados con la ancestralidad, que consisten en sacar el cuerpo de un lado y llevar las partes que puedan ser transportadas hasta el nuevo templo”, precisó Bracamonte.

La forma del templo llama la atención al tener una planta en forma de D, típica de la civilización huari, surgida desde la sureña región andina de Ayacucho antes del apogeo de los incas.

“Es el único sitio de la costa peruana donde se ha hallado esta arquitectura de forma en D”, destaca Bracamonte, que descarta una invasión militar de los huari al no encontrar de momento elementos en el lugar, ni siquiera objetos de cerámica policromada, muy distintivo de los huari.

Más enigmático y sorprendente para los arqueólogos resulta ser el cementerio moche descubierto en el mismo lugar, con casi 30 tumbas desenterradas que datan de entre los años 100 y 400 d.C.


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